jueves, 5 de junio de 2014

SE AUTÉNTICO Y VIVE FELIZ




La mayoría de nosotros vivimos una mentira, elegimos falsear nuestra realidad o la verdad de quién somos para engañar a los demás y así obtener un supuesto beneficio.

Vivimos una mentira cuando fingimos un amor que no sentimos, cuando reímos y en realidad lo que necesitamos es llorar, cuando pasamos tiempo con gente que no nos gusta, cuando aparentamos ser lo que no somos, cuando adquirimos creencias y hábitos inadecuados solo por sentirnos integrados, etc.

Para tener una vida auténtica y llena de bienestar nuestro interior debe coincidir con lo que mostramos al exterior.

Al vivir en esta burbuja de mentiras te rechazas a ti mismo, y acto seguido, te sentirás rechazado por los demás. Aunque no lo parezca, si no vivimos de manera auténtica (sin mentiras), siempre seremos nosotros nuestra propia víctima, ya que la verdad siempre prevalece sobre la mentira. Este fraude contra nosotros mismos nos provocará, tarde o temprano, una profunda infelicidad.

Por el contrario, si somos honestos y sinceros respetaremos la diferencia entre lo real y lo irreal, entonces no hará falta falsear nuestra realidad para sentirnos bien. Esta honestidad nos proporcionará libertad y felicidad.

“Lo absolutamente importante es encontrar tu ser esencial más allá de toda entidad efímera" Eckhart Tolle

Hay muchas cosas que no deberíamos de haber aprendido nunca y mentir es una de ellas.

La mayoría de nosotros nos volvimos inconscientes para adaptarnos al mundo que nos rodea, aprendimos a hacernos los indiferentes, a negar lo que sentíamos y a perder el contacto con nuestro interior, es decir, aprendimos a despreciar la autenticidad.

No debemos aceptar la mentira como un modo de vida, como hacen muchos. Si actuamos como quieren los demás, nunca alanzaremos esa autenticidad.

Las personas auténticas son una minoría, así pues, también lo son las personas felices.

“Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver” Proverbio Judío

Las personas auténticas buscan relaciones enriquecedoras en lugar de nocivas, por lo que tienen mejores amigos y más dignos que las personas que suelen mentir. Siendo auténticos nos honramos a nosotros mismos, mostramos sinceridad y nuestras amistades se sienten más a gusto.

Por el contrario, al mentir perdemos el respeto por nosotros mismos y por los que nos rodean, lo que impedirá que vivamos una vida plena. Vivir auténticamente es un de las maneras más eficaces de sentir felicidad.

Es fundamental permanecer fieles a nuestra conciencia, solo debemos ver lo que vemos, saber lo que sabemos, sentir lo que sentimos y ser lo que somos.

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