viernes, 27 de junio de 2014

EL AUTOCONTROL


El autocontrol es una de las fortalezas de la Psicología Positiva, ubicada dentro de la virtud moderación.

Podríamos definirlo como la capacidad de poder controlar nuestros comportamientos, emociones, deseos, es la habilidad de postergar el placer inmediato con el propósito de obtener un beneficio mayor en el futuro.

Gracias a nuestra corteza prefrontal de tamaño grande nos separamos de los animales y de nuestros antepasados, esto nos ayuda a no ceder siempre ante nuestros impulsos, a evaluar y planificar nuestras reacciones. Somos capaces de desarrollar el poder de la voluntad y la sabiduría.

Cuando somos capaces de manejar nuestros caprichos e ignorar nuestras emociones negativas logramos mantenernos enfocados en nuestras metas más elevadas. Debemos ser conscientes de cuáles son los disparadores de nuestros hábitos nocivos, usualmente pueden ser el stress o el aburrimiento. Es mucho más sencillo para nosotros calmarnos con algo que nos distraiga momentáneamente, pero debemos ser cuidadosos con las distracciones que buscamos, no sea que nos convirtamos en adictos de dichas distracciones.

Entrenar a nuestro cerebro para adquirir un mayor autocontrol requiere de tiempo, disciplina y paciencia. El primer paso sería ser conscientes de cuándo estamos inmersos en sentimientos negativos, esos disparadores individuales que nos empujan a la satisfacción inmediata. Si nuestra mente está agobiada, preocupada, nos resultará muy dificultoso mantenernos concentrados. Es por eso que es de vital importancia mantenernos relajados, enfocarnos específicamente en la tarea que estamos realizando, un paso a la vez.

Un mal hábito debemos reemplazarlo por uno bueno, tenemos que hacer un ajuste en nuestro estilo de vida y cultivar un nuevo ser. Seamos conscientes de que el cambio no es sencillo y vamos a enfrentarnos a ciertos deslices los cuales deben ser perdonados con amor. El apoyo emocional de nuestro entorno puede ayudarnos mucho, así que no temamos pedir ayuda o acercarnos a alguien para que nos facilite un poco el camino hacia el cambio.

Nuestro autocontrol es como un músculo, pero evitemos sobre exigirlo, ya que se agotará demasiado rápido sino somos cuidadosos. Para poder empezar a practicar el autocontrol lo mejor que podemos hacer es establecernos metas pequeñas y a medida de que logremos sentirnos cómodos con esos pequeños cambios, intentar alcanzar cambios más grandes.

Recuerden, lento pero seguro.

Seamos comprometidos con el cambio que queremos hacer. Cualquiera sea la meta que nos propongamos debemos hacer un pacto con nosotros mismos, esto es algo que debemos y queremos cumplir, que habrá consecuencias negativas sino lo logramos. A veces tenemos éxito en ser disciplinados en un área específica de nuestra vida y fallamos en otra, sin embargo, podemos contagiar esa disciplina hacia otro sector. Si somos buenos concentrándonos en nuestro trabajo, quizás podamos ser buenos para seguir una dieta, por ejemplo.

Cada vez que la tentación golpee a nuestra puerta, esperemos cinco minutos antes de escucharla. Quizás si nos damos el tiempo suficiente la misma desaparezca antes de que arruine nuestros planes.

La fuerza de voluntad lamentablemente no es un manantial inagotable, ya que debemos hacer un esfuerzo consciente para que la misma sirva a nuestros propósitos. Al refrenar nuestros impulsos y deseos estamos agotando nuestra fuerza, por eso sería apropiado no sobrecargarnos ni sobre exigirnos, planear con anticipación y evitar dejar las cosas para último momento.

La meditación es una buena aliada para mejorar nuestro autocontrol. Centrar nuestros pensamientos, al menos unos minutos al día, logra que seamos más eficaces a la hora de controlar nuestras acciones.

Vivamos el momento presente y no idealicemos el futuro. A veces caemos en la trampa de esa hermosa ilusión donde mágicamente un día todo será mejor y en realidad para mejorar nuestro futuro nada mejor que tomar buenas decisiones desde el ahora. Somos el producto de acciones pasadas, centrémonos en el aquí y ahora, un paso a la vez, para pulir nuestros defectos.

Toleremos la frustración, aprendamos del fracaso, entendamos que las cosas no siempre salen exactamente como esperamos.

Busquemos soluciones alternativas en lugar de castigarnos; de esa manera vamos a sentirnos más en control y nuestra autoestima mejorará increíblemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario